2/23/2016

Aprende a volar.

Tomas tu vida en tus manos y ¿qué ocurre? Algo terrible: nadie a quien culpar”. -Érica Young-
Siempre hay un chivo expiatorio a quien culpar si nuestros planes no funcionan: “Habría tenido más éxito, pero este año la economía estuvo muy deprimida”.
“Bueno eso suena muy bien, pero mi terapeuta me dijo que debo evitar el estrés”.
“Yo quería hacerlo, pero a mi esposo no le gustó la idea”.
¡Que perspectiva más aterradora es la de tomar tu vida en tus manos, decidir si vas a aceptar la responsabilidad total de todas tus acciones y decisiones! ¡Qué sorprendente -y a veces aterradora- libertad te confiere la responsabilidad absoluta de tus actos!
A veces cometemos errores. A veces tropezamos y caemos. Pero, ¡qué tal se siente cuando por fin uno hace las cosas bien, cuando uno decide dar el paso y funciona! Es entonces cuando descubres que esas frágiles alas de mariposa de tu espalda no están ahí de adorno. ¡Puedes volar! Hazte cargo de tu vida. Asume la responsabilidad de tus actos. A fin de cuentas, nadie más que tu decide aquello que vas a hacer. Disfruta la libertad. Es algo que siempre has tenido.
“Dios, ayúdame a asumir la responsabilidad total de mis actos. Bríndame la guía y el poder para fijar mi curso de acuerdo con los dictados de mi corazón y de mi conciencia”
-Meditaciones Diarias-


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