10/31/2016

Todas nuestras necesidades.


“Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a Su riqueza en la gloria...”
Filipenses 4:19
Este versículo me ha ayudado muchas veces. Me ha ayudado cuando me preguntaba de dónde vendría mi siguiente amigo, un trocito de sabiduría, de conocimiento interior o mi siguiente comida.
Todo lo que necesite hoy me será provisto.
La gente, los empleados, lo que tenemos a nuestra disposición inmediata, no son nuestra fuente. Hemos hecho contacto con una Fuente Mayor, con una fuente de provisión infinita e inmediata: Dios y Su universo. Nuestra tarea es permitirnos a nosotros mismos ponernos en armonía con nuestra Fuente. Nuestra tarea es creer en, y mirar a nuestra verdadera Fuente. Nuestra tarea es liberar el miedo, el pensamiento negativo, las limitaciones y el pensamiento de la escasa provisión. Todo lo que necesitamos nos será provisto. Que ésta se convierta en una respuesta natural a todas las situaciones de abundancia y a todas las situaciones de necesidad.
Rechaza el miedo. Rechaza las nociones de escasa provisión y de limitación. Permanece abierto a la abundancia. Aprecia la necesidad porque ésta es parte de nuestra relación con Dios y con Su universo.
Dios ha planeado satisfacer todas nuestras necesidades, ha creado dentro de nosotros la necesidad, para que Dios pueda proveer.
Ninguna necesidad es demasiado pequeña o demasiado grande. Si a nosotros nos importa y valoramos nuestra necesidad, Dios también lo hará. Nuestra parte es asumir la responsabilidad de ser dueños de esa necesidad. Nuestra parte es dar esa necesidad al universo.
Nuestra parte es dejar ir, con fe. Nuestra parte es darle permiso a Dios de satisfacer nuestras necesidades creyendo que merecemos que se satisfagan nuestras necesidades y deseos.
Nuestra parte es dar sanamente, no cuidando en exceso a los demás ni por un sentimiento de culpa, de obligación o por codependencia, sino como resultado de una relación sana con nosotros mismos, con Dios y con todas las creaciones de Dios. Nuestra parte es simplemente ser como somos y que nos encante serlo.
“Hoy practicaré la creencia de que todas mis necesidades serán cubiertas hoy. Me pondré en armonía con Dios y Su universo, sabiendo que yo cuento.
-El Lenguaje del Adiós


7/10/2016

Gasta de más y gasta de menos.


“Yo solía darle unas palizas mortales a mi marido con mi tarjeta de crédito. Me hacía sentir que tenía algún control, alguna manera de desquitarme de él” -Anónimo-
“Me pasé diez años comprándome de todo en las ventas de garaje. Ni siquiera me compré un par de zapatos nuevos. Todo ese tiempo que me estuve privando, mi esposo se la pasaba apostando en el juego, especulando en negocios arriesgados y haciendo lo que le daba la gana con el dinero. Aprendí que cuando tomé la decisión de que merecía tener las cosas que quería, y tomé la decisión de comprar algo que quería, había suficiente dinero para hacerlo. No se trataba de ser frugal; se trataba de privarme a mí misma y ser una mártir” -Anónimo-
Comprar compulsivamente o gastar en exceso nos puede dejar un sentimiento temporal de poder o satisfacción, pero al igual que otras conductas fuera de control, tiene predecibles consecuencias negativas. Gastar de menos nos puede dejar sintiéndonos víctimas también. Hay una diferencia entre gastar responsablemente y la privación del mártir. Hay una diferencia entre tratarnos bien económicamente a nosotros mismos y gastar en exceso.
Podemos aprender a discernir la diferencia. Podemos desarrollar hábitos de gasto responsables que reflejan una alta autoestima y amor hacia nosotros mismos.

“Hoy lucharé por lograr el equilibrio en mis hábitos de gastar. Si estoy gastando en exceso, me detendré y lidiaré con lo que está ocurriendo en mi interior. Si estoy gastando de menos o me estoy privando, me preguntaré a mí mismo si eso es necesario y qué es lo que quiero”
-El Lenguaje del Adiós-

6/16/2016

Sintámonos bien.

Tener límites no complica la vida; los límites la simplifican.
-Libro: Más allá de la codependencia-
Hay un aspecto positivo en el establecimiento de límites. Aprendemos a escucharnos a nosotros mismos y a identificar lo que nos lastima y lo que no nos gusta. Pero también aprendemos a identificar lo que sentimos placentero.
Cuando estemos dispuestos a correr algunos riesgos y a empezar a hacerlo activamente, mejoraremos la calidad de nuestra vida. ¿Qué nos gusta? ¿Qué nos hace sentir bien? ¿Qué cosas nos dan placer? ¿Qué compañía disfrutamos? ¿Qué nos ayuda a sentirnos bien en la mañana? ¿Qué es un verdadero gusto en nuestra vida? ¿Cuáles son las pequeñas actividades cotidianas que nos hacen sentir cuidados y consentidos? ¿Qué es lo que le interesa a nuestro yo emocional, espiritual, mental y físico? ¿Qué es lo que verdaderamente nos hace sentir bien?
Nos hemos privado durante mucho tiempo. Ya no hay necesidad de seguir haciéndolo, ya no hay necesidad. Si te hace sentir bien, y las consecuencias son de amor a ti mismo y de autorrealización, ¡hazlo!
“Hoy haré por mí mismo las pequeñas cosas que hacen la vida más placentera. No me negaré los gustos sanos”
-El Lenguaje del Adiós-